miércoles, 12 de marzo de 2014

Conozco esa mirada.



 
 
 
 
Conozco esa mirada. La he visto en otras ocasiones. Yo mismo la he experimentado alguna vez. Es difícil de expresar lo que se siente. El tiempo se detiene. Eres tú, pero no eres el de siempre o quizás sí, pero no lo recordabas, habías olvidado que la felicidad es tu estado natural.


Ayer después de hacerle esta foto a mi hija supe que había atrapado uno de esos instantes de felicidad. Allí estaba rodeada de compañeros en el escenario donde acababa de concluir la gala de entrega de premios de la 19 edición de la clase a la cuenta. Su cara irradiaba la inconfundible transfiguracion que produce la recompensa después de muchas horas de trabajo. Handsome había ganado el premio a la mejor creatividad y yo con un clip, guardaba para siempre en un archivo jpg su maravilloso aquí y ahora.


Pero si no hubiera ganado el premio, si su cara hubiera sido fiel reflejo de su decepción, también habría sido maravilloso ese aquí y ahora porque sin ningún genero de duda era lo que la providencia consideraba oportuno para su desarrollo consciencial.


Aceptar con amor lo que nos suceda, sea bueno o malo, fluyendo en la providencia, es el camino directo para encontrar esa suma ciencia que nos permite ser felices con algo tan sencillo como vivir viviendo.