Quedan 34 días. Algo maravilloso va a suceder, de hecho ya está sucediendo. Millones de personas en todo el planeta así lo intuyen y, no por casualidad, emplean el mismo lenguaje, el mismo discurso para difundir la gran noticia cuando el desconcierto nos invade y todo parece perdido. Queridos lectores de este blog, se abre la taquilla para comprar el billete de regreso a casa y tengo intención de ponerme en la cola para sacar el mio y alegrar la espera viendo caer las hojas del calendario, recordando y recordando lo que olvide en mi trasiego de cuerpo en cuerpo a lo largo del duro invierno consciencial. Quiero volver a casa por primavera y pronto dejaré a este blog y a mi cuidado entre las azucenas olvidado...
Ojalá la providencia me lleve al tren de los recuerdos y pueda compartir con vosotras y con vosotros el mismo vagón.
Namasté.
feliz regreso de vuelta a casa, alli nos vemos.
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