Seguimos profundizando un poco más en el principio holográfico con este interesante artículo de Miguel Rodríguez Lago, licenciado en Físicas por la Universidad de Córdoba, publicado en su sitio web: migui ciencia y cultura.
La conexión entre el principio holográfico y la teoría de cuerdas.
Los agujeros negros son los restos de algunas estrellas que
antaño eran tan masivas que cuando se estaba agotando la energía
producida por la fusión nuclear fue vencida por la propia gravedad,
compactando los restos de la estrella muerta en un cuerpo celeste tan
denso que ni tan siquiera la luz es capaz de escapar de su interior. A
pesar de que el término “agujero negro” puede inducir a pensar lo
contrario, los agujeros negros no son agujeros ni tampoco negros, como
ya veremos. Sin embargo poseen una característica que los diferencia
del resto y es que los agujeros negros tienen un horizonte de sucesos.
El horizonte de sucesos es la región del espacio tiempo que envuelve
al agujero negro en la cual ninguna partícula que se encuentre en su
interior será capaz de escapar por mucha velocidad que alcance. Ni tan
siquiera a la velocidad de la luz. ¿Dónde va a parar toda la
información física de la materia que cae a un agujero negro? Es una de
las muchas preguntas que se pueden formular cuando se trata de explicar
cómo funcionan los agujeros negros y, en último caso, cómo funciona
la gravedad.
Cuando hablamos de información física no se trata en exclusiva de
información como podemos entender en informática. El significado de
información física es más general, y podemos decir que información
física son todos los valores de las magnitudes físicas que se
intercambian en una interacción. Por ejemplo, cuando colisionan dos
bolas de billar en una mesa para luego cambiar su trayectoria, en el
instante de la colisión hay una serie de datos relevantes que
contienen información física, como son la masa, la velocidad, la energía
cinética, etcétera. Todos esos cambios influyen y son susceptibles de
ser medidos de manera que cada una de esas bolas nos puede decir de
dónde vino y a dónde va, gracias a que esa información física es
medible.
Volviendo a los agujeros negros. Éstos absorben la
materia circundante mediante su poderosa atracción gravitatoria. Por
acción de la gravedad, los objetos de menor masa van cayendo hacia el
horizonte de sucesos y en las inmediaciones de éste se van arremolinando
formando lo que se conoce como “disco de acrección” para finalmente,
una vez rebasen el límite del horizonte de sucesos, no volver a salir
nunca. El científico inglés Stephen Hawking propuso que los agujeros
negros podían "evaporarse" mediante un proceso muy curioso denominado
Radiación de Hawking.
Hemos
dicho que un agujero negro tiene un horizonte de sucesos del que nada
puede escapar. ¿Cómo es posible que se evapore? La clave está en el
vacío. En un vacío que, a nivel cuántico, no es lo mismo que la nada.
El vacío cuántico es, en cambio, un agitado mundo en el cual se están
creando constantemente pares de partícula-antipartícula que se
desintegran rápidamente. Esto se debe al principio de incertidumbre, que
en una de sus versiones se puede interpretar como que es posible
pedir prestada una cantidad de energía al vacío siempre que se le
devuelva en un tiempo determinado.
Así que en efecto es posible que de la "nada" se cree un par
partícula-antipartícula que se llega a desintegrar muy deprisa. Son
llamadas partículas virtuales, como contraposición a las partículas
reales. Las partículas virtuales existen durante un periodo muy breve de
tiempo y explican multitud de desintegraciones que se observan en los
aceleradores de partículas y que son imposibles de explicar sin
considerar interacciones de este tipo. Dejando la filosofía a un lado,
para explicar en qué consiste la Radiación de Hawking supongamos que
justo en el borde de un agujero negro se crea un par de estos. Por
ejemplo, un electrón y un positrón.
El problema viene cuando un miembro de este par, por ejemplo el
electrón, cae dentro del horizonte de sucesos. El positrón en cambio
para respetar la conservación de la energía y de la cantidad de
movimiento en lugar de caer en el horizonte de sucesos, se aleja. En
esta situación, jamás volverán a encontrarse para aniquilarse y
devolver al vacío la deuda de energía que contrajeron. Observemos que la
partícula que salió deja de ser virtual y pasa a ser real. El agujero
negro es el que cede al vacío la energía utilizada para crear el par
electrón-positrón. Y mientras tanto, el positrón se aleja.
Lo que ha ocurrido netamente es que el agujero negro ha perdido un
poco de energía y ha emitido un positrón. Obviamente, vale para
cualquier par partícula-antipartícula. Esto es la Radiación de Hawking
y permitiría que eventualmente el agujero negro se desintegrase con el
paso del tiempo. Hay que recalcar que todavía no existe evidencia
experimental sobre la radiación de Hawking, aunque se cree que es
cuestión de tiempo. Aunque se están emitiendo partículas, en realidad
no portan ninguna clase de información sobre el interior del horizonte
de sucesos. Es decir, nada de lo que cae afecta realmente a lo que se
emite. El positrón emitido nunca ha estado en contacto con la materia
que forma el agujero negro y no sabe nada de lo que hay dentro.
Esta independencia entre un hecho y otro se convierte en paradoja
cuando uno se plantea la situación de que el agujero negro termina por
evaporarse completamente, habiendo emitido durante una cantidad enorme
de tiempo toda su masa-energía al espacio. Porque ninguna de las
partículas emitidas porta información física sobre lo que hay dentro y
sin embargo toda esa información ha desaparecido por completo. ¿A dónde
va a parar toda esa información física? Esta pregunta da pie al
razonamiento anterior, que es la llamada Paradoja de la Información. Uno
de los intentos por salvar esta paradoja es el principio holográfico
enunciado primeramente por Gerard 't Hooft, y precisado posteriormente
por Leonard Susskind en el contexto de la teoría de cuerdas.
El principio holográfico propone que la descripción de un volumen
de espacio puede ser descrito mediante información codificada en una
región de dimensión inferior. Es decir, si tenemos un volumen
tridimensional, el principio holográfico propone que toda la información
relevante estaría codificada de cierto modo en la superficie frontera
que lo envuelve, que tiene dos dimensiones. Para el caso concreto de
los agujeros negros, toda la información relativa al interior del
horizonte de sucesos estaría codificada en la frontera en forma de
fluctuaciones superficiales.
Siempre que, eso sí, se respete una condición más y es que para
describir una región de 3 dimensiones, hace falta que la información
esté codificada en una región de 2. Es decir, siempre una dimensión
más. Aquí entra el juego la entropía. La entropía es una magnitud
termodinámica que crece siempre de forma espontánea e indica el grado
de desorden de un sistema. En el caso de un agujero negro, la entropía
es directamente proporcional al área del horizonte de sucesos. Por
ilustrarlo brevemente, cuantas más configuraciones posibles tenga un
sistema mayor será la entropía que puede alcanzar. Cuanto más
desordenado está, mayor es la entropía. Lo cual nos lleva a pensar que
en un volumen de un gas las partículas tienen más configuraciones
posibles que en una superficie. Por lo que es lógico pensar que la
entropía debe depender del volumen. Luego que en un agujero negro
dependa de un área es algo que choca.
Además, un agujero negro es la manera de conseguir la máxima
entropía en un volumen dado. Es decir, dado un volumen no es posible
conseguir una mayor entropía que la que tendrá un agujero negro que
ocupe todo ese volumen. Esto se conoce como Frontera Bekenstein. Podemos
visualizarlo con un ejemplo. Dado que la entropía es información,
pensemos en capacidad de almacenamiento, en discos duros informáticos.
¿Cuánta información podemos almacenar en una región del espaciotiempo
dada? ¿Infinita? Bueno, realmente no. Imaginad que guardamos los datos
en discos duros de ordenador. Cuando se acaba la capacidad de uno
ponemos otro al lado y repetimos el proceso indefinidamente.
Podemos apilar muchos, pero esto haría que el volumen aumentara a
medida que vamos apilando uno al lado de otro, por los lados y por
encima a modo de pirámide o en cualquier otro orden que queramos. Pero
está claro que, aunque los discos duros tengan mucha capacidad, la
capacidad de almacenamiento depende del volumen disponible. Si fijamos
el volumen, entonces obligamos a que los discos duros sean más pequeños
o a que tengan mayor capacidad. Pero puede llegar un momento en que
haya tal cantidad de masa en ese volumen, que colapse en un agujero
negro. Por este motivo un horizonte de sucesos es la situación de
entropía máxima en un volumen dado.
En este ejemplo hemos admitido que la información ocupaba un
volumen del espacio. A mayor información, mayor entropía. Pero también
mayor masa. Intuitivamente podríamos pensar que la información está
repartida por todo ese volumen ocupado. Pero el principio holográfico
niega ese punto: la información está codificada en la frontera. Puesto
que la entropía depende del área de la frontera y no del volumen. Lo
cual es poco o nada intuitivo. Así, podría resultar que el universo
está en cierto modo escrito en algún tipo de superficie y que todo lo
que vemos no es más que un tipo de holograma codificado en una
dimensión menos.
La
teoría es muy bonita pero ¿existe alguna evidencia? En realidad la
respuesta la hallamos en el contexto de la teoría de cuerdas. Que
sabemos que no se puede comprobar experimentalmente por el momento. En
concreto, la respuesta es la correspondencia AdS/CFT de la que hablé aquí.
Por recordarlo brevemente, esta es una herramienta matemática
desarrollada enteramente en la teoría de cuerdas afirma que un espacio
anti-de Sitter de cinco dimensiones tiene una frontera de 4 que en
cierto límite se parece al espaciotiempo plano con 1 dimensión temporal y
3 espaciales. Esta reducción de una dimensión nos lleva a relacionar
inmediatamente la correspondencia AdS/CFT con el principio holográfico y
de hecho, la correspondencia es da tratamiento matemático riguroso al
principio holográfico.
La aplicación de la correspondencia AdS/CFT ha permitido resolver
multitud de problemas de mecánica de fluidos facilitando enormemente los
cálculos y es algo de lo que están muy orgullosos los teóricos de
cuerdas porque permite relacionar algo puramente cuántico con algo
puramente cosmológico. Aunque no sirve como comprobación experimental
porque es una herramienta matemática y de hecho no vivimos en el
espaciotiempo límite del espacio anti de-Sitter, es un gran punto a
favor del principio holográfico matemáticamente hablando.
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