Para su difusión y gracias al trabajo de nuestro querido amigo José María, me es grato ofreceros los podcast que hemos subido a Ibox con la la charla completa, en dos partes, pronunciada por nuestro querido Emilio Carrillo en Aznalcóllar (Sevilla), el 22 de abril de 2012, con ocasión de la Feria del Libro de la localidad.
Comparte mi querida esposa Julia con nosotros esta entrada publicada en el muro del perfil facebook del chileno Francisco Muñoz, que a su vez se hace eco de una publicación en el blog del argentino Julio Andrés Pagano.
¡Cuánta gente anónima despierta!
El caso es que todo está hecho ya y solo queda en nuestra sagrada libertad de decisión, optar por cruzar la puerta o no. Como dice nuestro querido Emilio Carrillo, la puerta está abierta y si deseamos cruzarla no debemos demorarnos mucho en hacerlo. Yo quiero cruzarla, dame la mano y sígueme...
Mientras lo meditas, te dejo con la reflexión de Fancisco Muñoz.
Mientras internamente
resuenan las campanas de la ascensión, suavemente corro el velo de la
ilusión para que tus ojos aprecien lo que tu valeroso corazón ya siente,
pues está aflorando la nueva humanidad.
Conscientemente nace la bella realidad en donde la luz, la magia y el
color, trazan brillantes sendas de amor que abrazan y nutren la paz del
mundo interno. Encarnamos el mítico sueño de un mundo libre, sano y
luminoso que comenzó a despertarse. Ascendemos.
¿Realmente es
así? Nuestro Ser interno nos anima a confiar, pero la mente nos lleva a
pensar que tal vez todo sea un idílico cuento que fuimos capaces de
inventar para tratar de escapar de la locura terrenal, ya que aún hay
guerras, injusticias y dolor, y es escaso el amor que se respira en las
calles. Este es el instante de mayor confusión, en donde nuestros
espíritus nos alientan a sentir, pero la lógica pide a gritos desistir
de todo aquello que no sea acumular y pertrecharse.
Esta es la
etapa en que nuevamente debemos recordar que en el multidimensional
juego de la vida no todo es lo que parece. Las dudas están ahí, al pie
del nuevo umbral, para revalidar las decisiones asumidas en un contexto
que ahora se presenta por demás enérgico y movilizador. Es por eso que
para poder continuar, hay que rememorar el sentido de este apasionante
viaje y renovar, con convicción, la sabia decisión de permitir que el
corazón oriente nuestros pasos.
Estamos ascendiendo. Ascender
consiste en elevar la vibración para ganar en comprensión. Es volver a
alinearse, para reencontrarse, en medio de la fuerte agitación que
aturde y nubla los sentidos. Ascender es equilibrarse, aprendiendo a
fluir, para sentir que no existe separación entre lo que le sucede a
nuestro cuerpo y lo que acontece en el universo. Ascender es lo que
hacemos al reconocer, en la adversidad, la valiosa oportunidad para
seguir creciendo unidos.
Que la resplandeciente imagen que
ilumina este mensaje se convierta en un intenso manantial de reluciente
inspiración, de modo que mantengamos activo nuestro compromiso álmico de
centrarnos en el corazón, para plasmar un presente más cristalino, en
donde todos podamos amar y seamos capaces de disfrutar de esta
emocionante experiencia humana, que hoy nos reconecta y hermana en la
luz de la Unidad. Juntos, vibrando, lo vamos logrando. Ascendemos.
Sobran las palabras y una imagen vale por mil de ellas. Solo diré que fue una mañana mágica y la lente de la cámara fue fiel testigo de ello y así lo reflejó llena de orbes. El pasado domingo 22, los Jardines del Valle de Sevilla se arrebolaron de Amor. Habrá que repetirlo. Prometido.
Acabo de llegar de Aznalcóllar, un pueblo situado a unos 36 kilómetros de Sevilla. Ha sido un domingo muy especial. Por la mañana, he participado en la Primera Gratiferia de Sevilla, celebrada en los Jardines del Valle y además de llevarme una gran ración de abrazos y energía, he podido comprobar que la vida puede ser más sencilla y que de hecho para muchas personas ya lo es. Por la tarde, en Aználcollar, Emilio Carrillo nos ha hablado del cambio cosmogónico y de la primavera consciencial que tenemos a la vuelta de la esquina, desde el cerebro de su generoso corazón.
En el camino de regreso a una ciudad que a lo lejos parece hechizada en el embrujo de su Feria de Abril, Julia, mi esposa, me ha hablado de Annie Marquier, una francesa de 72 años afincada en Quebec (Canada), que llega lleva muchos años investigando la intersección entre la ciencia y la consciencia y afirma con rotundidad lo mismo que Emilio y tantas y tantas gentes despierta: El corazón tiene cerebro. Cuando llego a casa, recuerdo que Antonio y Kety, mi querida pareja hinneniana, también me han hablado de esta mujer y he decidido publicar este post.
Annie, tras estudiar Matemáticas y las carreras de Piano y Órgano y ser profesora en La Sorbona, se especializó en psicología holística y transpersonal y se instaló en India participando en la creación de la Comunidad de Auroville con Sri Aurobindo y Krishnamurti. Un poco después, fundó en Quebec el Instituto para el Desarrollo de la Persona. Es autora de los libros "El poder de elegir", "La libertad de ser" y "El maestro del corazón ".
Julia ha compartido en su perfil de Facebook una información facilitada por Oscar Mendoza Mujica, en la que recoge una entrevista realizada a Annie que, por su interés, transcribo a continuación:
Que el corazón tiene cerebro es una metáfora, ¿no?
No. Se ha descubierto que el corazón contiene un sistema nervioso independiente y bien desarrollado con más de 40.000 neuronas y una compleja y tupida red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo.
¿Es inteligente?
Gracias a esos circuitos tan elaborados, parece que el corazón puede tomar decisiones y pasar a la acción independientemente del cerebro; y que puede aprender, recordar e incluso percibir. Existen cuatro tipos de conexiones que parten del corazón y van hacia el cerebro de la cabeza.
La primera conexión es la comunicación neurológica mediante la transmisión de impulsos nerviosos. El corazón envía más información al cerebro de la que recibe, es el único órgano del cuerpo con esa propiedad, y puede inhibir o activar determinadas partes del cerebro según las circunstancias.
¿Significa eso que el corazón puede influir en nuestra manera de pensar?
Puede influir en nuestra percepción de la realidad y por tanto en nuestras reacciones.
La segunda conexión es la información bioquímica mediante hormonas y neurotransmisores. Es el corazón el que produce la hormona ANF, la que asegura el equilibrio general del cuerpo: la homeostasis. Uno de sus efectos es inhibir la producción de la hormona del estrés y producir y liberar oxitocina, la que se conoce como hormona del amor.
La tercera es la comunicación biofísica mediante ondas de presión. Parece ser que a través del ritmo cardiaco y sus variaciones el corazón envía mensajes al cerebro y al resto del cuerpo.
La cuarta es la comunicación energética: el campo electromagnético del corazón es el más potente de todos los órganos del cuerpo, 5.000 veces más intenso que el del cerebro. Y se ha observado que cambia en función del estado emocional. Cuando tenemos miedo, frustración o estrés se vuelve caótico.
¿Y se ordena con las emociones positivas?
Sí. Y sabemos que el campo magnético del corazón se extiende alrededor del cuerpo entre dos y cuatro metros, es decir, que todos los que nos rodean reciben la información energética contenida en nuestro corazón.
¿A qué conclusiones nos llevan estos descubrimientos?
El circuito del cerebro del corazón es el primero en tratar la información que después pasa por el cerebro de la cabeza.
¿ No será este nuevo circuito un paso más en la evolución humana?
Hay dos clases de variación de la frecuencia cardiaca: una es armoniosa, de ondas amplias y regulares, y toma esa forma cuando la persona tiene emociones y pensamientos positivos, elevados y generosos. La otra es desordenada, con ondas incoherentes.
¿Aparece con las emociones negativas?
Sí, con el miedo, la ira o la desconfianza. Pero hay más: las ondas cerebrales se sincronizan con estas variaciones del ritmo cardiaco; es decir, que el corazón arrastra a la cabeza. La conclusión es que el amor del corazón no es una emoción, es un estado de conciencia inteligente
Ya ve, el cerebro del corazón activa en el cerebro de la cabeza centros superiores de percepción completamente nuevos que interpretan la realidad sin apoyarse en experiencias pasadas. Este nuevo circuito no pasa por las viejas memorias, su conocimiento es inmediato, instantáneo, y por ello, tiene una percepción exacta de la realidad.
Parece ciencia ficción.
Está demostrado que cuando el ser humano utiliza el cerebro del corazón crea un estado de coherencia biológico, todo se armoniza y funciona correctamente, es una inteligencia superior que se activa a través de las emociones positivas.
Pues parece que nadie lo utilice...
Es un potencial no activado, pero empieza a estar accesible para un gran número de personas.
¿Y cómo puedo activar ese circuito?
Cultivando las cualidades del corazón: la apertura hacia el prójimo, el escuchar, la paciencia, la cooperación, la aceptación de las diferencias, el coraje...
¿Santos las 24 horas?
Es la práctica de pensamientos y emociones positivas. En esencia, liberarse del espíritu de separación y de los tres mecanismos primarios: el miedo, el deseo y el ansia de dominio, mecanismos que están anclados profundamente en el ser humano porque nos han servido para sobrevivir millones de años.
¿Y cómo nos libramos de ellos?
Tomando la posición de testigos, observando nuestros pensamientos y emociones sin juzgarlos, y escogiendo las emociones que nos pueden hacer sentir bien. Debemos aprender a confiar en la intuición y reconocer que el verdadero origen de nuestras reacciones emocionales no está en lo que ocurre en el exterior, sino en nuestro interior.
Ya..
Cultive el silencio, contacte con la naturaleza, viva periodos de soledad, medite, contemple, cuide su entorno vibratorio, trabaje en grupo, viva con sencillez. Y pregunte a su corazón cuando no sepaqué hacer.
Para competar esta información, se facilita acontinuación un video de 80 minutos donde Annie desarrolla todos estos conceptos, en una entrevista más extensa concedida a TimeFortTruth.es.
He vivido recientemente en mis propias carnes algo que bien pudiera denominarse la antesala del salón de los espejos que profetizaron Los Mayas. Por razones que solo puedo atribuir a la providencia, me he visto inmerso, sin quererlo ni beberlo, en un conjunto de situaciones que para que mi yo soy (con minúsculas) se vea claramente reflejado y pueda escoger, en pleno ejercicio de libre albedrío, entre seguir siendo un ser pensante que en un instante puede destruir todo lo que le rodea (me viene a la memoria las palabras iniciales de una conferencia de Fran Ortega) o evolucionar hacia la integración armónica con
todo el universo, comprendiendo y tomando conciencia de que todo esta vivo y
que somos parte de ese todo y que podemos existir en una nueva era de
luz.
Y sé que ha sido así, porque ahora puedo vislumbrar que esas palpitaciones que sentía semanas atrás y que yo atribuía a mis dolencias cardiacas y que ocultaba a mis seres más queridos porque no encontraba explicación al hecho que todas las pruebas medicas que me habían realizado reflejaban una realidad bien distinta y yo achacaba a mi carácter hipocondriaco, no eran sino mensajes del cerebro que siempre ha habitado en mi corazón alertándome de los que se me venía encima. Obvia decir que esas palpitaciones desaparecieron en el mismo instante en que todo sucedió..
También interpreto ahora correctamente ese sueño en el que mi hija aparecía ante mi sin cabeza y no me parecía nada traumático sino todo lo contrario. Mi querida Paola interpretaba la recomendación budista de cortarnos la cabeza para hallar el vacío donde todo es quietud...
He sufrido en carne propia la que sin duda ha sido mi "noche oscura del alma" la metáfora con la que Juan de Yepes, como le gusta a mi querido Emilio referirse a Juan de la Cruz, nos recuerda que
la experiencia del amor de Dios no es siempre una experiencia
punta de la unión de toda la creación. En la noche oscura el
amor de Dios se acerca de una manera que parece negarnos. En la
noche parece que Dios está contra nosotros. Pero Juan sostiene y yo corroboro
que nada en el Amor es oscuro o destructivo, pero por quienes
somos y por la purificación que necesitamos se experimenta el Amor como oscuro.
Mi cuñado Antonio, un ser de Luz, empecemos a llamar a Todo por su nombre, me ha pasado en estos días, nada es casual, el vídeo que ha continuación podréis ver, si así resuena en vuestros corazones. Se trata de un trabajo, colgado en la red hace apenas unas semanas, realizado por el
Museo Americano de Historia Natural, que hace una espectacular reconstrucción informática simulando un
"viaje" desde la superficie de la Tierra hasta los límites del universo
conocido.
Desde su publicación,
casi dos millones de personas lo han visto ya en la web del museo, pero en
España este excepcional trabajo sigue siendo prácticamente
desconocido.
Lo que hace que este vídeo sea único y
diferente a la mayoría de los que se han hecho hasta ahora es que todo lo que en
él aparece está basado en datos reales. Es decir, que no se trata de un
vídeo "artístico" realizado según simples criterios estéticos, sino de una
auténtica reconstrucción, pieza a pieza, de todo lo que sabemos sobre el
universo en que vivimos.
Todo, desde las trayectorias de los
satélites que orbitan la Tierra, hasta la posición de todas las estrellas, galaxias
o lejanos quasares, está basado exactamente en los datos que tenemos
sobre cada uno de esos objetos. O para ser más precisos, en los datos del
Sloan Digital Sky Survey, que componen la que quizá sea la visión más
completa del universo de que disponemos hasta el
momento.
A pesar de todo, y debido a la posición
geográfica en la que se encuentra el telescopio de dos metros y medio del
Apache Point Observatory, en Nuevo México, que es el que utiliza el Sloan
Digital Sky Survey, existen zonas "oscuras", es decir, áreas del universo que
el telescopio, físicamente, no puede observar. Por eso, en el vídeo, la
distribución de las galaxias observadas tiene la forma de dos conos
unidos por la punta (el punto de unión es la Tierra), y el resto aparece en
negro.
En total, el trabajo comprende casi un
millón de galaxias y más de 120.000 quasares. El viaje, que comienza en el
Himalaya, termina en el límite mismo de lo que podemos observar con los
instrumentos más potentes de que disponemos, los ecos del Big Bang, a 13.700
millones de años luz de distancia, y sirve para que todos nos demos
cuenta, de una forma directa y visual, de lo insignificantemente pequeño
que es nuestro mundo, incluso nuestra galaxia, si se compara con todo lo
que hay "ahí fuera"…
Este vídeo, que en otro momento de esta existencia mía posiblemente se hubiera quedado en la contemplación de algo bello, sin embargo, en mi aquí y ahora, es un aviso más, una llamada más del despertador, para optar, en plena libertad, entre el camino A o el camino B. Espero que cuando entremos en la ansiada primavera consciencial tenga bien meditada mi respuesta y lo que deseo para mí, lo hago extensivo a todas las mujeres y a todos los hombres que pueblan esta Gaia que nos acoge. Que así sea.
Los microorganismo son seres vivos que sólo se pueden
observar utilizando microscopios. Se componen de una célula y por este motivo sólo pueden cumplir una única función, si bien existen muchas clases distintas de microorganismos y cada una de ellas realiza una tarea específica.
Se pueden clasificar en tres
grupos: regenerativos (beneficiosos-fermentación), degradativos
(patógenos-putrefacción) y oportunistas. El mayor grupo lo representan los
oportunistas, que apoyan los procesos del grupo que domine entre los
regenerativos y los degradativos.
Nadamos en un mar de microorganismos. Existen microorganismos en el
aire, en el agua, en el suelo, en nuestros intestinos, en los alimentos
que consumimos y en el agua que bebemos. Las condiciones actuales de
contaminación y uso excesivo de sustacias químicas sintéticas han
causado la proliferación de especies de microorganismos considerados
degeneradores.
A inicios de los años 80, el Catedrático de la Universidad de
Ryukyus, Teruo Higa (1944 Okinawa Japón) descubrió los microorganismos
benéficos EM, que han sido utilizados en una extensa gama de campos incluyendo
agricultura, pecuaria, medio ambiente, construcción, industria y salud.
EM es un cultivo mixto de microorganismos
benéficos (bacterias fotosintéticas, bacterias de ácido láctico,
levaduras, actinomyces, especies de hongos que favorecen la
fermentación) obtenidos de
ecosistemas naturales y seleccionados por sus efectos positivos y
compatibilidad en cultivos mixtos. Muchos de estos microorganismos son
usados en la producción de alimentos como yoghurt, vino, cerveza, pan,
queso, salsa de soja, etc.
Hace tiempo se comprobó, que existen algunas clases de microorganismos que se
ponen en un estado determinado y de esta manera pueden resistir
temperaturas de más de 1000º C. Así nació la idea de mezclar EM con
arcilla y de esta mezcla hacer una cochura cerámica, sin que EM pierda su efecto ilimitado, constructivo y no se
escape cuando las condiciones ambientales cambien. Las arcillas
especiales, que se usan para la fabricación de cerámica EM contienen
materiales orgánicos de plantas que tienen una edad mínima de mil años y
sirven como alimento para EM.La cerámica EM está elaborada mediante un procedimiento biotecnológico a base de una arcilla especial fabricada con microorganismos efectivos. La arcilla cocida emite radiaciones que influyen de una manera muy positiva en todo su entorno y especialmente sobre el agua y los organismos vivos.
El Doctor Teruo Higa, explica que la cerámica EM tiene la capacidad de suprimir cualquier clase de información negativa del agua por un cambio de iones. Estos también emiten ondas infrarrojas durante mucho tiempo que borran la información tóxica de moléculas de agua y reestablecen el estado puro, original. Además, la cerámica EM trabaja como un antioxidante. No sólo inhibe la oxidación sino que también invierte la oxidación ocurrida. Al mismo tiempo la cerámica EM reestablece la resonancia magnética de la materia.
El proceso también trabaja para otros líquidos como por ejemplo, el vino. Así, cuando se pone cerámicas EM en una jarra de vino tinto o blanco, después de 60 minutos ya no tiene acidez y tiene un gusto muy liso y refinado.