PUBLICADO EN ABC DIA 15 JUNIO 2011
S. BASCO.
La
estrella que nos calienta, el Sol, se dirige hacia el comienzo de un
nuevo ciclo solar que será muy prolongado y se caracterizará por una muy
baja actividad, según explican científicos del Nacional Solar
Observatory (NSO) en su página web, y del Air Force Research Laboratory
(AFRL).
Los
expertos comparan esta perspectiva con la situación que vivió nuestro
planeta entre los años 1645 y 1715, cuando se registró un periodo de
inactividad solar que duró 70 años y que es conocido como la
«Pequeña edad de hielo». Una prolongada época en la que las
temperaturas bajaron entre 10 y 15 grados, según las latitudes, y en la
que el hielo llegó a cubrir buena parte del norte de Asia, Europa y
América.
Los
científicos han llegado a esta conclusión, presentada en la conferencia
anual de la American Astronomical Society, al estudiar nuestra estrella
(su interior, su superficie visible y su corona) y detectar un
descenso de las manchas de su superficie y una menor actividad
electromagnética cerca de los polos.
Estos
síntomas auguran una drástica disminución de la actividad del Sol, casi
«hasta su hibernación», para el nuevo ciclo solar, es decir, en los
próximos 11 años, que es el tiempo medio aproximado que dura uno de
estos ciclos.
La «secuencia principal»
Nuestro
Sol es una estrella de vida «media», y los científicos calculan que su
actual fase, que denominan «secuencia principal», comenzó hace unos
4.570 millones de años, y lo que es más importante, consideran que le
quedan aún otros 5.000 millones de años de vida en su estado
actual. Es posible que para esas fechas la Tierra ya ni siquiera exista.
En cualquier caso, ni usted ni yo conoceremos su final.
Sobre
la situación que se avecina, que será más bien fresquita, el científico
de la NASA Richard Fisher apunta que cada uno de los ciclos solares
tiene sus periodos naturales de baja actividad, sin embargo, hace
hincapié en que este mínimo solar hacia el que nos dirigimos llega
«extraordinariamente lento», y durará «más de lo habitual», tal vez
tres o cuatro ciclos seguidos.
Actualmente,
el Sol se encuentra en su ciclo número 24 desde que los astrofísicos
comenzaron a registrar los fenómenos solares (a mitad del S.XVIII).
Comenzó en 2008, es una alta actividad y debe durar hasta 2019. Para
entonces, con el próximo ciclo, llegarían los grandes fríos.
La carga magnética de los polos
Al
parecer, el dato más preocupante para los expertos y que pone de
relieve la desaceleración de la actividad solar se ha detectado en la
falta de carga magnética en los polo del Sol. Richard Altrock, experto
de la AFRL, cree que si los polos continúan si cargarse de actividad
magnética, el próximo Sol «perderá energía hasta frenar su actividad
casi completamente».
«Si
nuestro modelo es correcto -explica Frank Hill, director adjunto del
NSO-, esta situación afectará desde la exploración del espacio hasta al
clima terrestre». Los científicos consideran que la Tierra puede
encaminarse hacia un nuevo Mínimo de Maunder, como conocen a la «Pequeña
edad de hielo».
Previsiones contradictorias.
El
estudio en cuestión no entra a valorar los posibles efectos de una
bajada pronunciada y prolongada de las temperaturas medias en nuestro
planeta. Pero otros estudios publicados en los últimos años
apuntan al menos a cuatro consecuencias: descenso del nivel de
los océanos, que contrarrestaría el efecto opuesto predicho para el
calentamiento global; cambios sensibles en la producción agraria en el
hemisferio norte; disminución del régimen de lluvias, con un aumento de
la sequía; y aumento considerable en el consumo de energía para
contrarrestar las bajas temperaturas.
Hay
quien piensa, no obstante, que la posible bajada media de temperaturas
no superaría los 0,3 grados centígrados. Es la opinión de Georg
Feulnerdel Instituto Postdam, en Alemania, quien estima que apenas
lograría minimizar el calentamiento derivado de las emisiones de CO2,
que la ONU cifra de entre 3,7 y 4,5 grados.
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